Es el material más duro hallado hasta la fecha, altamente maleable, más conductor que el cobre y permite la impresión de circuitos electrónicos en una superficie mínima, también es el más ecológico, ya que puede reducir casi cien veces la materia prima empleada en la fabricación de los aparatos electrónicos de uso cotidiano. Su derivado se descubrió en 1930, pero fue considerado demasiado inestable y su aplicación descartada. No ha sido hasta 2004, desde la Universidad de Manchester, cuando dos científicos de origen ruso – Kostantín Novoselov y Andre Geim – consiguieron aislar este compuesto a temperatura ambiente, lo que les permitió obtener el Premio Nobel de Física en 2010…
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